Pasaje del libro “El secreto de los Andes”, escrito por el médium estadounidense G.H. Williamson, en el que se describen las cualidades fantásticas del disco solar de oro del templo de Coricancha, Cuzco.
"…ese Disco no era usado meramente como objeto de adoración, ni tampoco como la representación simbólica del Sol. Era también un instrumento científico, y el secreto de su poder provenía originalmente de las tinieblas del pasado en la época de la Raza de los Mayores (Lemuria).
En parte, era un objeto de adoración porque se lo empleaba en los servicios ritualísticos del templo como foco o punto de concentración para aquellos que meditaban.
Servía asimismo como representación simbólica del Gran Sol Central, o Sol Cósmico (Centro de la Galaxia), el que, a su vez, simboliza a la Inteligencia Creadora.
Como instrumento científico se lo usaba conectado con un complejo sistema de espejos de oro puro, reflectores y lentes para producir la curación en los cuerpos de aquellos que estaban dentro del Templo de la Luz; en verdad, esa era la razón por la cual se lo llamaba el Templo de la Luz Divina.
Además de todas esas funciones, el Disco Solar era un punto focal para la concentración de calidad dimensional.
Cuando el disco era golpeado por un sacerdote científico que entendía su manera de operar, establecía ciertas condiciones vibratorias que podían producir intensos terremotos y, si proseguían por mucho tiempo, provocar una modificación en la rotación de la Tierra misma.
Cuando se lo hacía armonizar con el peculiar modelo de frecuencia de una persona podía transportar a dicha persona a cualquier lugar donde quisiera ir con sólo crear la imagen mental del viaje. Era, por consiguiente, un objeto de transportación astral.
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